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TeMporalmeNte SeParados por TieMpo y EsPacio

  • juanmartinnavarro
  • 4 ago 2016
  • 5 Min. de lectura

Hoy seis meses desde tu partida, siento una especie de obligación de escribir en este blog… contar lo que he aprendido y experimentado sobre este duelo…


Han pasado casi tres meses desde la última publicación y aunque llevo mi diario desde tu ausencia, en el cual he plasmado casi como un espejo mis sentimientos y emociones, produciendo pequeños textos que describen el valle de sombra y muerte que atravieso…no he sido tan valiente de publicar una nueva entrada en este blog… las razones; este oscuro y amargo manto que me abriga y la punzante espina que llevo enterrada en mi pecho, me impiden escribir tan siquiera algunas líneas de esperanza ante la difícil experiencia de perder un hijo.


Me he vuelto navegante y seguidora de otras páginas, que como esta, expresan de algún modo lo que sentimos y lo que tenemos que enfrentar quienes pasamos duelo por la muerte de un hijo. Algunas son páginas de desahogo consumidas de dolor, en las que no parece que el sol brille ni siquiera un día y en el que el paso del tiempo se muestra insoportable….


Mis compañeras de duelo, son madres desconocidas, con quienes formamos ese grupo de "caos" y dolor. Al igual que ellas siento esa cruda desesperanza, rabia y frustración, y siendo esas mis emociones mas recurrentes por estos tiempos, me mantuve en silencio para esta página, ya que el único objetivo de este sitio, es el de honrar la memoria de mi amado Martín.


De todas las horas vacías que he llenado con lecturas de libros y blogs, en busca de consuelo, encontré un sitio que tiene mi especial admiración y es el blog de Mercè Castro Puig y su página http://comoafrontarlamuertedeunhijo.com


Dejo el link para quienes quisieran dar un chequeo a su mensaje. A Merce he llegado a admirarla, porque su página está llena de mensajes de amor, conocimiento propio, consejos para enfrentar nuestros miedos y reconocer nuestros límites, siempre dando pasos (así sean pequeños), tratando de avanzar espiritualmente como ser humano.


Merce perdió a su hijo hace 17 años, parece mucho tiempo (y es otro testimonio que confirma mi afirmación ya reseñada en esta página que el dolor de la pérdida de un hijo es una camisa de larga postura), pero no se hundió al atravesar ese camino, sino que fue capaz de trascender en un lenguaje de amor infinito que se establece en ese vínculo eterno de una madre con su hijo.


Comparto con Merce, como nos referimos a que tenemos dos hijos en presente y no en pasado. Para ella igual que para mí, un hijo nos acompaña en esta tierra mientras que el otro aunque en otro espacio-tiempo, no ha dejado de existir, y a pesar de que su presencia física no nos acompaña, existe y es real. Tan real como el Sol, tan real como el Aire, Su presencia es de otra forma, una forma perfecta, brillante y luminosa, llena de paz y felicidad, de amor verdadero, de Dios y Jesús.


Merce también escribió un diario, otra coincidencia que comparto con ella. Como ya lo mencione, desde el primer día de la ausencia de mi hijo tuve el impulso de plasmar en escritura las emociones de mi corazón roto. Me gusta su blog, he llenado horas vacías leyéndola e identificándome con sus sentimientos.


Ahora, hablando de como la he pasado este tiempo, solo puedo afirmar que he estado profundamente triste, mi desahogo es el llanto en los pequeños espacios que puedo sentirme abrigada tan solo por mi presencia y conexión espiritual con mi pequeño Martín. He discutido con Dios al no encontrar de manera racional explicación que me consuele, a veces me he quedado en silencio con El, pero luego no después de mucho rato necesito sentir su abrazo y consuelo para poder continuar. He llenado mi mente de imágenes que me recuerdan a mi pequeño para no quedar atrapada en la impotencia de que mi memoria falle. Me he puesto todas las máscaras que puedo para interiorizar mi sufrimiento, quizás muchos de los que me rodean, si piensan en algún momento en mi tragedia, puedan afirmar que lo estoy llevando muy “bien”….me he “drogado” con el trabajo porque es el vicio que no me hunde y que no me daña. He mirado al espejo y he visto mi lado más oscuro incluso pensando por pequeños microsegundos, si es mejor terminar esta existencia. He sentido rabia contra el mundo y la alegría ajena, he peleado en mi mente con las personas que no valoran el tiempo concedido dándole mal uso, creyendo absurdamente que tienen el control de sus horas….he sufrido al ver a mi esposo destrozado y a mi hijo en soledad, he sufrido y he sufrido mucho…me siento en desconexión de esta vida establecida...


Pero también he tomado aliento para mantenerme firme esperando que el tiempo actué a favor… no para el olvido sino para la sanidad del alma….he seguido confirmando que el mejor regalo es mi familia y que mi hijo Lucas es mi salvavidas….nos hemos enganchado de la fe y no de la gente, la fe que da el aprendizaje de que la muerte no es el fin sino el inicio de algo maravilloso y que la promesa valiosa es eterna….he tomado aliento así sea en pequeñas dosis, que un día llegara el reencuentro y aquí...cuando entra el factor tiempo, muchas veces me derrumbo al considerar que ese tiempo para estar todos reunidos puede ser infinito y me desahogo en llanto, porque quiero ver de nuevo a mi bb, he rogado un sueño, un encuentro sobredimensional con mi hijo el cual me ha sido negado por ahora, sin embargo entendí que tal vez no sea el momento adecuado para ello, pero cada noche me aferró a esperar ese momento...ese anticipo a la nueva felicidad….He visitado sagradamente tu jardín, donde reposan tus restos mortales, porque considero que es un punto especial de conexión de ese pasado que fue perfecto y el anhelo de ese futuro incomparable….me he mantenido firme en mis creencias porque tengo claro que debo ser cada día mejor, para poder llegar a tu lado como ser eterno.


Y así siguen las horas y días, y hoy después de seis meses de tu ausencia, cada día, cada amanecer y cada anochecer y cada instante tu eres mío y seguirás a mi lado, no como un pasado, sino como un presente en forma de estrella envuelta en amor eterno…. y aunque separados temporalmente por el tiempo y el espacio, donde el tiempo no se encapsula en segundos, minutos y horas y el espacio no se define en el concepto de límites, simplemente TE AMO de manera infinita.



Y al saber que es temporal, se oxigena mi existencia, y paso mis días caminando este camino, con la idea de caminarlo de una “buena” forma, gastando las lágrimas necesarias por tu difícil ausencia, tratando de mejorar como persona de tal manera acercarme a ese reencuentro con tu sonrisa.


Es difícil, muy difícil pero cada día lo intento inspirándome en tu nombre mi Martín.


Eres mío para siempre. Desde esta dimensión a la tuya, simplemente te extraño demasiado mi hermoso ser de luz.





 
 
 

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