El cLuB inViSiBle

Ha pasado todo el año y no tuve fuerza para escribir aquí en tu página…mis letras inspiradas se perdieron y no quise escribir sobre la misma agonía.

Pero hoy he recibido esa noticia que repite la historia en unos padres conocidos y mi mente repasa la lista de este invisible club de madres y padres desolados por la pérdida de un hijo… que impotencia… que dolor.

Mi solidaridad con esos nuevos padres de este triste club de la resignación.

Lo único que se es que el tiempo hace lo suyo, pero la cicatriz dura para siempre.

Mamás y papás marcados, la resiliencia se volverá tu amanecer.

Martín cuando este año no pude escribirte continuamente pensé que era porque poco a poco con la resignación a bordo retomaba el camino con esperanza que nos queda por transitar.

Pero hoy lo que descubro es que guardo tan encriptado este capítulo que mi desorientación se manifiesta en la falta de interés…en la falta se sueños y de saber a dónde dirigir mi existencia.

Perdóname, hijo, porque he encerrado tu mensaje tan en mi interior para que no duela que a veces me desenfoco y es por eso por lo que ahora entiendo mi silencio, mi falta de palabras para escribir en tu memoria.

Obviamente te pienso todo el tiempo, cada día me asoman los recuerdos que hacen lluvia en mis ojos, pero temo a veces perder el camino a Dios y por ende perder los pasos que me llevaran a ti.

Este año lo termino con confusión, me adhiero a la tristeza de estos nuevos miembros del club invisible de la desolación por la perdida irracional de nuestros hijos.

Pero esa tristeza es irremediable, la pesadilla si sucedió.

Mi consuelo es tu hogar, tu estado infinito de alegría, que efímera es la humanidad y que profunda la levedad del ser.

Ayúdame, Dios, que Martín siempre sea la inspiración de mi mejor versión.

Te amo siempre y te extraño cada segundo.

PD. Y yo que pensé que estaba mejorando...este duelo no cesa snif snif