IrreMeDIAbLe MoRTaliDad
- Mamá
- 1 nov 2018
- 2 Min. de lectura
Hay días que a mi corazón le duele tanto tu partida como el primer día, es un dolor verdaderamente físico, te duele como una punzada, como un llanto profundo y es tanto el dolor que se siente, que la manera de resistir esa trastocada, es volver a esconder mi profunda pena.
Esos días pueden ser cualquier día y casi siempre son aquellas fechas especiales que tienen una situación que se sale de lo ordinario… es un día como hoy, donde veo muchos niños disfrazados por la calles pidiendo dulces... o como navidad, que ya se asoma y empieza a ponernos esa pesada carga en nuestra alma, que revive las heridas profundas de la pérdida de un ser inmensamente amado
Cada persona tiene esas fechas, cada persona en el universo ha perdido un ser amado y en alguna fecha cualquiera, cada quien recuerda a su ser especial, lo extraña…

Cada persona en el universo ha llorado la muerte de un ser amado, nadie se escapa de experimentarlo, cada persona en el universo ha hecho duelo, no me ha pasado únicamente a mi… por eso hoy sé que le duele al que le toca, le duele este dolor que desgarra, le toca experimentarlo al que le tocó hoy la muerte de un ser amado
y todos los demás que no vivimos en el día esa situación nos solidarizamos, decimos pobrecito, que difícil, pero ese día te sientes con suerte, porque no eres tú el de ese dolor.
Muerte natural como la de nuestros padres o seres amados de mayor edad o muerte antinatural como la de perder un hijo, únicamente le duele al que le toca.
El que vive el dolor empieza un camino que con el tiempo recorre en silencio y casi solitario, porque se quedó en ti para siempre ese golpe… pero la vida nunca para….la vida es así
Hoy, otra vez que me duele el corazón profundamente y mi pena ya lleva 33 meses, veo a la ventana y me siento sola, triste y silenciosa, sola con mis pensamientos, me hace compañía esa lagrima que se asoma tímida a mi lagrimal, en mi interior se desborda ese silencioso mar de lágrimas, perceptible solo por mi espíritu, se revive quizás un millón de veces o muchas veces más ese duelo que nunca me abandonará…
Después de tantos días de perderte, aún sigue doliendo y aunque tengo días de paz y resignación… de vez en vez uno de esos momentos de nostalgia te avisa que viene hacia ti ese suspiro de irremediable mortalidad.
Cuanto te amo nene mío hoy y siempre

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