NaTalia, amiGa de cHocoLates
- juanmartinnavarro
- 28 sept 2016
- 2 Min. de lectura

Y me dijo cuando llego la noche con su dulce voz de niña y por primera vez compartíamos habitación en el costado oriental de oncología del hospital -Señora Marcela oramos?
Dije por supuesto princesa, y en voz alta elevamos nuestra suplica al Padre, clamamos ayuda para salir adelante, superando este impase que empezábamos a enfrentar y que aun ni siquiera comprendíamos…
Ella envuelta en su inocencia de niña, empezó a contarme algunas cosas de su vida…desde ese lindo instante inicio nuestra amistad….
Con el tiempo pase de ser la señora Marcela a Marce, nuestra amistad creció y fue hermosa, sé que un día voy a abrazarla de nuevo.
Nata y Mart congeniaron muchísimo, ella lo consentía regalándole chocolates de la bolsita especial de dulces que le había llevado su tío…
Un recuerdo hermoso, de convivencia en el hospital fue el celebrar Navidad con las personas que sin pedirlo formamos aquella gran familia con apellido Valientes…
Juntos repartieron regalos de Navidad… esa época fue especial… sin dejarnos llenar de miedo por lo que pudiera suceder…crecía la fe y la esperanza
Natalia siempre sobresalía por su personalidad, una niña llena de amor y ternura…
Con el tiempo obtuvimos las grandes victorias, paso a paso todo parecía que iba a terminar pronto…terminar bien
Primero tuvo remisión Martín y dos meses después princesa…
No cabía la idea de que todo se oscureciera….por fin llegaba la tranquilidad y retomábamos la “normalidad”
Fue poco tiempo, pero el más hermoso regalo… la vida continuaba con ilusión
Y luego no se en que instante llego a cada familia la oscuridad, primero fue llamado Mart, al poco tiempo princesa
Hoy somos dos familias incompletas y tristes
Que puedo decir… las dos familias enfrentamos momentos que pocos pueden entender…tan difíciles como la guerra, donde todo es caos y sin sentido…
Ahora cada una lidia como puede con el día a día de su ausencia
Parece tan absurdo verse obligado a la resignación de que estos preciosos niños ya no nos acompañen… no hay nada razonable que lo explique
Cuan especial fue el tiempo a su lado, cada segundo de su ausencia es incomprensible, no hay consuelo perfecto para enfrentar este sentimiento de pérdida, no hay palabras que curen el alma de tal manera que se borre esta cicatriz, siempre estaremos marcados por tan dura tragedia…
Como no extrañarlos, si teníamos tantos sueños por cumplir
Solo eran sueños comunes, tan simples como verlos llegar con sonrisas de su colegio, correr juntos por el camino de la vida, mientras disfrutamos de su compañía, pero ahora son solo añoranzas, Ilusiones que no se cumplirán…
Bellos seres de luz… los extrañamos demasiado
En el silencio, la voz de Dios nos promete un reencuentro
Es la ilusión que sostiene nuestros pasos cansados
Nata, hermosa niña ya te encontraste con Martín, y mi suave beso de cada noche es contemplar las estrellas donde siento que cada uno escribe su nombre para que lo pronunciemos con dulzura y se rompa el sin sentido que desde el día en que partieron pesa demasiado en nuestro corazón
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